Tras el primer recreo, estudiantes, profesores y asistentes de la educación se reunieron en comunidad para orar en gratitud por la nueva alianza desprendida de la resurrección de nuestro Señor. El equipo de pastoral de nuestro establecimiento, como es costumbre, preparó reflexiones, canciones y lectura del evangelio en este momento de oración compartida en el que destacaron las deferencias por parte del Centro de Estudiantes y del Centro de Padres y apoderados quienes se hicieron presentes con un signo muy sencillo, pero sin duda muy bienvenido: huevitos de chocolate para cada una de nuestras más de 800 alumnas.
Por medio de este símbolo de los huevos, los cuales representan la nueva vida, recordamos que nuestras estudiantes siguen siendo niñas en nuestros corazones, por más que los rigores del camino educativo que ellas eligen día a día, nos lleve a exigir en ellas una actitud de superación y responsabilidad constante.
La ocasión también fue utilizada para felicitar al 3°D y su profesora jefe Lilian Urrutia, quienes lograron un 96% de asistencia en el mes de marzo, siendo el curso que logró el mejor resultado en este parámetro.