Este jueves santo, tras 4 horas de trabajo regular en aula, las estudiantes tuvieron un momento de intimidad con las compañeras con las que día a día comparten aula y diversos desafíos en lo académico. En esta oportunidad lo compartido fue el pan ácimo, a guisa de lo consumido por Cristo y sus apóstoles, antes de la Pasión de nuestro Señor.
Con diferentes momentos que apuntaron a la reflexión tanto personal como colectiva, esta tradición cumplió con acercar a distintos miembros de nuestra comunidad, los cuales tuvieron la oportunidad de encontrarse en un espacio renovado, preparándose para la resurrección de Jesús.